Las diferentes interpretaciones sobre el pasado reciente y, más particularmente, sobre la experiencia de la militancia revolucionaria de los años 70 ponen en evidencia el carácter irresuelto de las tensiones del campo de estudios sobre la memoria. Como afirma Nelly Richard (2007), estos debates son la “condición metafórica de una temporalidad no sellada, inconclusa: abierta, entonces, a la posibilidad de reexplorar sus capas superpuestas por una memoria activa y disconforme” (Richard, 2007: 109). Así, ese pasado reciente deja de ser un tiempo irreversiblemente detenido, para convertirse en un “campo de citas” (Richard, 2007), cuya expresión señala una temporalidad esquiva que requiere de la cita y de la narración para actualizarse.
En el marco de estos debates, Alejandra Oberti se propone repensar la militancia en las organizaciones político-militares argentinas a través de una revisión de la participación de las mujeres en ellas, atendiendo al modo en que se insertaron en las espacios de militancia, las formas en que fueron convocadas y las fisuras que dicha inserción provocó al interior de las organizaciones.