En los territorios americanos conquistados por las potencias ibéricas la producción de relatos sobre el pasado tiene antecedentes lejanos pues se remontan a los trabajos de los cronistas de Indias y de los historiadores criollos del siglo XVIII. Pero fue en el siglo XIX cuando se produjo, en el contexto de los Estados recientemente independizados, la emergencia de una historiografía latinoamericana stricto sensu. Su análisis contribuye a conocer, desde una perspectiva comparada, los procesos de surgimiento y consolidación de los estudios y la investigación histórica, así como el aporte de la disciplina en la definición de los respectivos imaginarios sociales, especialmente los nacionalistas.