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En el área de estudio, ubicada en el sector septentrional de la Precordillera riojana y formando un ambiente de transición con las sierras Pampeanas, afloran rocas del Basamento Cristalino (principalmente metamórficas) y una espesa sucesión de sedimentitas continentales que cronológicamente corresponden al Paleozoico, Triásico, Terciario y Cuartario. En líneas generales, un Graben central constituido por afloramientos (testigos o mentes islas) sedimentarios del Paleozoico superior y Terciario, en parte cubiertos por depósitos cuartarios, forman el elemento geomorfológico más característico juntamente con las dorsales montañosas al Este y Oeste. La Formación Veladero que se asienta discordantemente sobre el basamento metamórfico, registra una breve transgresión marina. El resto de las acumulaciones paleozoicas, como así también la Formación La Cienaguita (Triásico) están representadas por sedimentos continentales. Por su parte los terrenos devónicos, limitados tectónicamente por falla, constituyen la dorsal occidental del Graben central, mientras que las rocas metamórficas del Basamento Cristalino y espesas formaciones de areniscas, forman los elementos petrográficos de la dorsal del Este. El grueso de las formaciones terciarias se circunscribe principalmente a la depresión tectónica del Zapallar, definida como una cuenca de acumulaciones, a su vez cubiertas muy extensamente por la terraza pleistocena y en sectores reducidos por conos de deyección. De menor edad son los depósitos que corresponden a los conos aluviales, terrazas fluviales y el acarreo que actualmente llevan los cursos de agua. Las líneas tectónicas están netamente controladas por los movimientos andinos del Terciario que prevalecen a través de pliegues y fallas. A pesar de estos pueden reconocerse efectos de dos movimientos paleoandinos pertenecientes al ciclo Hurónico y a los movimientos Acádicos respectivamente. Los movimientos Andinos han actuado con fuerzas tangenciales llegando a producir pliegues isoclinales en las capas más inferiores del Terciario y amplios anticlinales en los estratos del Paleozoico superior y Triásico. Completan este cuadro las estructuras de bloques sobreelevados. Si bien es cierto que muchas fallas son inferidas o supuestas, por lo menos dos presentan sus planos visibles siguiendo a los cuales se han producido estructuras en bloques. Los rechazos de estas fallas llegan hasta un orden superior al centenar de metros. En síntesis: los afloramientos de los cerros Redondo y Veladero constituyen dos áreas conspícuas para el estudio de los terrenos del Precámbrico y Paleozoico superior, el cual se ha efectuado a través de sus perfiles; de la misma forma se comporta el área del Zapallar para las formaciones miopliocenas reconocidas y examinadas en el presente trabajo, Desde el punto de vista geológico regional, el nivel marino de la formación carbónica, presente en el segundo de los cerros mencionados, constituye un eslabón de la cadena de esos afloramientos precordilleranos más orientales, de posición meridiana y ubicados más al Sur. Por el Norte tal vez puedan conectarse también con el que rebasó la Precordillera en la localidad de Jagüel. En la época terciaria perece haber existido una cuenca la intermontana única, entre VinchinaJagüel y Zapallar, a juzgar por la continuidad e identidad geográfica de las formaciones Vinchina y Toro Negro según se demuestra a través de los perfiles respectivos en las localidades mencionadas.
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