Los servicios de red como ser publicación de contenido WWW y mail entre otros, han crecido exponencialmente en los últimos años. El acceso a la red por parte de pequeñas organizaciones, e inclusive usuarios particulares, ha propiciado que la oferta de contenidos sea cada vez mayor, sin contar, en la gran mayoría de los casos, con grandes infraestructuras de hardware, redundancia y comunicaciones. Este crecimiento conlleva a la necesidad de contar con mecanismos de replicación, que garanticen alta disponibilidad. Las grandes organizaciones tienden a configurar sus servicios críticos en servidores redundantes y redes sin puntos únicos de falla con el fin de brindar elevados niveles de SLA (Service Level Agreement). Las tendencias actuales, llevan a los administradores a utilizar las técnicas anteriormente descriptas, así como también a desconsolidar los mismos en diversos centros de procesamiento de datos (CPD) con el fin de garantizar niveles mínimos de puntos únicos de falla.
Históricamente se ha utilizado el protocolo Border Gateway Protocol (BGP), como única herramienta que permite conmutar el tráfico de red que está siendo dirigido a un centro de procesamiento de datos (CPD) hacia otra locación ante eventuales fallas de red. En la actualidad, contar con un bloque de direcciones IP propio, así como también un Número de Sistema Autónomo (ASN) de BGP en Internet es muy complejo y costoso, y no cualquier usuario puede acceder a ello . Es por esta razón, que surge la necesidad de contar con una alternativa de solución a la problemática planteada, que sea de mayor alcance para este conjunto de usuarios que no cuenta con una gran infraestructura de comunicaciones.
El protocolo Domain Name System (DNS), ha sido y sigue siéndolo, un gran pilar de la red de comunicaciones de Internet. Es a través del cual se permite localizar a los recursos en esta inmensa nube de contenidos. Si se pudieran cambiar los registros de resolución de DNS en base al estado de la red, sería posible direccionar los requerimientos de los usuarios hacia los enlaces o servicios que se encuentren operativos. Esta técnica podría adoptarse como opción a la utilización de un protocolo de ruteo por parte de organizaciones que posean una menor infraestructura. Es por esta razón, que se puede utilizar a este protocolo como herramienta complementaria a los protocolos de ruteo tradicionales. El protocolo BGP, por su naturaleza, permite identificar las fallas de red y converger por sus propios medios, garantizando un nuevo camino para el ruteo de los datos solicitados. Surge entonces la pregunta:
¿Qué le falta al protocolo DNS para aproximarse al funcionamiento de BGP? La respuesta puede parecer trivial pero no lo es. En principio es posible indicar que lo que le falta al protocolo DNS para aproximarse al funcionamiento de BGP, es una componente que se encargue de determinar los estados de la red, disparar la convergencia y garantizar la consistencia y estabilidad de la red.