Este artículo realiza un breve abordaje en relación a la vinculación entre texto, contexto y autor que se encuentra presente en el relato “Ningún lugar sagrado”, publicado en 1998 y escrito por el literato y traductor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa.
“Ningún lugar sagrado” cobra especial importancia porque resalta una problemática existente vinculado con la historia de los exiliados de países latinoamericanos que deben huir de su tierra por cuestiones políticas o por avatares económicos. En este sentido, Rey Rosa señala diferentes vertientes de la situación política de Guatemala, arrasada por una guerra civil durante cuarenta años y contenida hasta cierto punto por un débil contrato de paz alcanzado en 1996.
Dicho cuento entonces advierte una construcción narrativa desde el monólogo, desarrollando así acciones y enunciaciones de ruptura, sin posibilidad de continuación fortuita y con constantes contramarchas.
La constitución del marco monologal (que no solamente postula como interlocutor al propio personaje, sino también a su interlocutor) se constituye en relación a una relación terapéutica que se divide en sesiones, se advierte por separaciones en punto y aparte y por gruesos bloques articulados por puntos seguidos.