El proyecto surge de la necesidad de dar respuesta a los pacientes que han sufrido la pérdida de una región de la cara por cirugía oncológica, traumatismos o defectos congénitos. La implementación se realiza en el ámbito de la Salud Pública. La característica particular de los pacientes afectados por estas patologías es la situación por ellos vivenciada de rechazo y auto restricción de su circulación social. La posibilidad de acceso a una epítesis facial se convierte en el sistema actual de salud en una excepción, una restricción para los pacientes y las instituciones públicas hospitalarias, dada la ausencia de recursos económicos y los escasos ámbitos de formación técnico profesional. La posibilidad de resolver la fase técnica de epítesis anatomoplásticas personalizadas, facturadas con materiales biocompatibles de bajo costo, se transforma en un espacio de transferencia del campo disciplinar artístico a la comunidad. No sólo representa el desarrollo de nuevas actividades en el campo de la salud, sino que vehiculiza la constitución de un nuevo ámbito de estudio interdisciplinario entre la medicina y el arte.