El siguiente artículo se propone realizar un recorrido analítico de los distintos momentos atravesados por la memoria femenina del terrorismo de Estado en Uruguay. A partir de 1985 fueron emergiendo memorias del horror desde los espacios que se iban habilitando para ellas. Pocos fueron sin embargo los relatos escritos por los protagonistas directos, y menos los de las mujeres. La característica fundamental, de todas estas producciones, fue su carácter esencialmente masculino. Con un relato basado en lo heroico, los hombres contaron su experiencia de los procesos vividos durante el período dictatorial Si bien es a partir de fines de los años 90´ cuando las representaciones femeninas de la dictadura comienzan a emerger en el espacio público uruguayo, las voces de las mujeres habían estado presentes desde antes en modalidades testimoniales que no tenían como objeto la construcción de una mirada de género hacia el pasado reciente. A partir de 1996 –coincidiendo con las Marchas del Silencio-, se asiste a un creciente interés por los temas vinculados al pasado reciente y a las violaciones a los Derechos Humanos. Es allí donde surge la preocupación tanto desde la investigación como de sus protagonistas por recuperar las acciones y las prácticas de las mujeres. El tema que nos ocupa en el presente artículo es el proceso de apropiación de las mujeres de los relatos de sus propias experiencias traumáticas y su puesta en juego en el escenario de la vida pública del país, a partir de la restauración democrática. Esas memorias silenciadas en su dimensión más trágica que comienzan a hacerse oír cada vez con mayor fuerza.