El rol de El Mercurio fue el de colaborar con la CIA impulsando acciones de prensa para derrocar al gobierno socialista de Allende, dar sustento simbólico y político al régimen de Pinochet y ocultar crímenes de lesa humanidad. En la actual democracia chilena, los medios heredados de la dictadura operan, más que como desestabilizadores de un sistema político en particular, como relacionistas públicos de un modelo desigual y discriminador.