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El partido de Olavarría esta enclavado en la región central de la provincia de Buenos Aires, siendo su altura media sobre el nivel del mar, de 160 mts. Su superficie es de 7713.60 km². El clima, según la clasificación sanitaria, por hallarse comprendido entre las isotermas de 14 y 15 grados, debe considerarse como frío. El promedio anual de las precipitaciones es de 712 mm (período considerado, 1888-1928). Durante este período, los extremos máximos y mínimos de precipitación pluvial han sido respectivamente de 1257.3 mm. en 1914 y de solo 321.8 mm. en 1897. He tratado de ver si estas variaciones tienen alguna relación con el período de Bruckner, pero son tan irregulares los datos de los distintos lugares, que no he podido comprobar si hay algún indicio de un ciclo de 35 años. La cartografía de la zona es bastante pobre, existe gran discrepancia en lo referente a datos altimétricos, debido a eso he confeccionado un bosquejo combinando datos de distintas fuentes, con el objeto de dar una idea de la configuración general del terreno. Para tener una idea de la distribución de los sedimentos y de las aguas subterráneas, he estudiado los perfiles de las perforaciones hechas por las diversas reparticiones oficiales. De cinco perfiles estudiados, solo en el realizado en la "Escuela de Agricultura", he podido determinar dos niveles acuíferos, en los restantes, efectuados: dos en la plaza Almirante Brown de Olavarria y dos en los cuarteles, determiné un solo nivel. En la zona se presentan una serie de complicaciones debido a los sistemas de fracturas, que se presentan, ya como disclasas o bien como fallas. La mayor parte de los manantiales que he podido hallar se originan debido: 1) Al entrecruzamiento de disclasas. 2) A que muchas de estas grietas han sido puesta al descubierto, por los trabajos propios de la cantera. Por medio de seis gráficos, represento en forma esquemática las condiciones geológicas y litológicas que a mi juicio explican la presencia de algunos manantiales y la probable acumulación de aguas subterráneas en la zona. En la zona, tanto las rocas del basamento cristalino, como las sedimentarias anteriores al cuaternario, todas originariamente impermeables, han adquirido permeabilidad por figuración, a causa de movimientos tectónicos de diferentes grados de fisuración originaria; la presencia y distribución de las grietas, explican la presencia de manantiales. La acción del hombre mediante el laboreo de las canteras, ha facilitado mucho la salida del agua almacenada en el interior de los cerros, pues es probable que muchas de las grietas estaban superficialmente rellenadas con productos de descomposición acarreados por las aguas. Es poco probable la existencia de napas artesianas importantes, por cuanto en los afloramientos de los cerros no he observado indicio alguno de la existencia de formaciones impermeables recubriendo rocas de mucha permeabilidad. Las condiciones tectónicas visibles en la superficie, no hacen suponer que existan cuencas entre distintos afloramientos, por el contrario, el aspecto de los cerro en su parte periférica sugiere la idea de fallas a lo largo de las cuales pueden haberse hundido considerables extensiones, que luego han sido rellenadas por sedimentos del cuaternario. No se puede excluir la posibilidad de que condiciones artesianas se hayan producido localmente por haber intercalaciones arcillosas entre los sedimentos del cuaternario, pero el estudio comparativo de los perfiles de las perforaciones realizadas en el partido, me hacen creer que estas intercalaciones no pueden presentar la continuidad necesaria para la formación de napas artesianas importantes. Todos los perfiles de perforaciones que he podido estudiar, indican que se ha hallado agua en detrito granítico o bien en el granito fisurado que yace inmediatamente debajo. Esto confirma la suposición de que la masa detrítica se extiende con continuidad encima del basamento granítico en un área muy grande, constituyendo los intersticios entre los blockes y cantos una red de canales, mediante los cuales, el agua penetrada en las grietas de las rocas de los cerros y mucha de la que se escurrió por sus flancos ha podido acumularse debajo de la llanura.
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