La inundación del 2 de abril de 2013 fue la peor catástrofe en la historia de la ciudad de La Plata. La inédita invasión de agua en calles y casas no se hubiera podido evitar pero el desastre de muertos, destrucción y dolor, sí. Falló todo antes, durante y después de la tormenta. Antes, porque los alertas no fueron suficientes para poner a resguardo a la población. Durante, porque los servicios de emergencia oficiales mostraron toda su precariedad. Después, por las irregularidades en el conteo e identificación de víctimas, que develaron la intención de las autoridades de ocultar información y eximirse de responsabilidades.
(de la presentación de Gabriel Prósperi)