La revolución tecnología introduce un nuevo modo de relacionarse de los sujetos, distintos procesos de producción, distribución y circulación del saber que derivan en procesos de formación de subjetividad y reconfiguran el escenario en el que intervenimos como comunicadores/educadores.
Cada momento histórico configura un tipo de subjetividad, entendiendo por la misma “a la dimensión psíquica individual, pero la excede en tanto se construye en intermediación con el mundo social, a partir de la interiorización de normas, relaciones sociales y prácticas desde la infancia”. Por eso decimos que es dinámica, histórica y social, se va transformando.
Podemos entender estas transformaciones culturales, políticas y económicas a través de la constitución del Estado-Nación como regulador del orden social. Para Jesús Martín-Barbero esto supuso la unificación de una sociedad polisegmentaria, dejando de lado las culturas populares: y en otro plano, marco la sumisión de los sujetos al poder estatal.