Decimos que queremos aburrirnos en la escuela. Que no queremos que cedan a decirnos qué hacer para no aburrirnos. Creemos que tienen que quedarse callados. Queremos cuidar el espacio de aburrimiento en este momento histórico. Queremos lugar para el eco lejano benjaminiano, el aburrimiento es el pájaro de sueño que incuba el huevo de la experiencia. (Benjamin, 1936)
Estamos cansados, llenos de actividades escolares y extra escolares. En nuestro tiempo libre estamos dentro del continuum virtual de las redes. Vamos a toda velocidad con nuestros cuerpos signos pero, mientras tanto, nuestros cuerpos físicos duermen y comen poco, nos lloran los ojos, nos duele la cabeza y estamos contracturados.
En la red nos parece que tenemos todas las posibilidades, que podemos más, pero si hay tanto o todo, nos perdemos, perdemos nuestra vulnerabilidad. Decimos que queremos apagarnos. No queremos que todo sea positividad. No queremos. No podemos.