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La geología de la cuenca intermontañosa y longitudinal de Alfarcito presenta problemas de real interés en cualquiera de las series de capas que allí afloran. Entre estos problemas es particularmente interesante el estudio de las calizas y dolomitas del Mesozoico. No son muchos los investigadores, los que, desde las primeras exploraciones efectuadas por D’Orbigny en Bolivia y por Brackebusch en el noroeste de la Argentina, han examinado los estratos mesozoicos, dedicándose en parte a la descripción de los fósiles encontrados al azar y limitándose a una descripción somera de los afloramientos. Por esta circunstancia y por las dificultades peculiares, de índole paleontológica, todavía no conocemos de un modo certero la edad geológica de las capas mesozoicas de las regiones mencionadas, aunque parece confirmarse gradualmente que pertenecen al Cretácico superior. Son estas razones, las que me llevaron a realizar el estudio de algunos afloramientos claros, para contribuir, por lo menos, al conocimiento de la constitución de la serie mesozoica, cuyos resultados resumiré a continuación. Los cordones de montañas que se levantan al este y oeste de la cuenca de Alfarcito son bloques escalonados y limitados, en parte, por líneas longitudinales de fracturación. Su constituyente principal son capas proterozoicas: pizarras filíticas, cuarcitas compactas de grano fino y otras rocas de carácter terrígeno bastante uniforme, que fueron plegadas ya en tiempos precámbricos. En el relieve de montaña, las capas proterozóicas se destacan por su color oscuro con predominantes tintes gris verdosos-azulados. En los flancos occidentales de los bloques de montaña, o sea, los Cerros de Alfarcito al oeste y la Sierra de Tilcara al este de la cuenca longitudinal, las capas del Paleozóico inferior, inclinadas hacia el poniente, descansan discordantemente sobre la estructura de plegamiento nivelada que constituyen las capas proterozóicas. De esta manera forman una cubierta que, en los Cerros de Alfarcito, está compuesta sólo por cuarcitas y areniscas cuarcíticas del Cámbrico. En cambio, en la Sierra de Tilcara es más espesa, porque en ella, al Cámbrico sucede otra serie de areniscas y cuarcitas que, en parte, tienen edad ordovícica, terminando hacia el oeste con un grupo de esquistos arcillosos cuyos trilobites corresponden a los de la "zona con Parabolinella", del Tremadoc. Los movimientos tectónicos de un período anterior a la deposición de los sedimentos calcáreos se manifiesta en la disposición discordante de estos sedimentos. No es posible, en la comarca de Alfarcito, averiguar con alguna aproximación la época de las dislocaciones correspondientes, ya que las capas mas modernas, que con el proterozóico y el cámbrico constituyen el basamento de las calizas, son las del Tremadoc. De esta suerte, es muy grande la laguna estratigráfica señalada por la disposición discordante de las calizas y areniscas calcáreas. Pero es probable que los movimientos aludidos sean manifestaciones de una de las fases mas importantes para la tectónica de aquellos cordones de montaña de los Andes del Perú, Bolivia, Chile y Argentina que están constituidos, principalmente, por capas del Jurásico y Cretácico, esto es, de la fase del Supracretácico; porque según las observaciones efectuadas por Douglas, Steinmann y Mc. Laughlin en Bolivia y Perú, los movimientos de esta época han alterado aún la disposición de las capas paleozoicas de la cordillera oriental de estos dos países. Por otra parte, de estos descubrimientos importantes, tal vez se desprenderá un nuevo criterio que nos ayudaría en la tarea de averiguar con mayor exactitud, la edad de la serie mesozoica del noroeste argentino. El mesozoico de los Andes de Salta y Jujuy, inclusive las Sierras Subandinas, que según Bonarelli estarían constituidos por tres series o grupos de capas, no están representado íntegramente, en la comarca de Alfarcito, pues en ella faltan las "Areniscas Inferiores". Los bancos de conglomerados y de areniscas con los cuales se inicia la serie calcárea, dispuesta discordante y transgresivamente, forman parte, en el sentido estratigráfico, de la sucesión de las capas calizas propiamente dichas. Los sedimentos que constituyen al grupo de las calizas mesozoicas son, en términos generales, de abajo arriba: conglomerado grueso basal, conglomerados finos calcáreos, areniscas calcáreas, calizas dolomíticas, colíticas, margosas, silicificadas, etc., con frecuentes intercalaciones de margas. Un poco debajo de las capas medias de este grupo de estratos se destaca un banquito de toba blanca, muy característico. Entre las diversas tonalidades es el color amarillo que prima en este conjunto de sedimentos calcáreos y arenosos calcáreos. Son numerosos los bancos de distintos niveles que contienen gasterópodos que, según Bonarelli y Cossman serían marinos y según Fritzsche y Pilsbry serían de agua dulce; también existen varios bancos de calizas con estructura estromatolítica, es decir el Pucalithus St. descripto por Fritzsche(16, pag.29). Para facilitar el estudio detallado de estta serie, la hemos dividido en seis grupos convencionales, de cada uno de los cuales se ha realizado un estudio litológico macroscópico que está consignado en los perfiles columnares de las figuras Nro 4 a 9.
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