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Las abejas melíferas se alimentan fundamentalmente del polen y del néctar disponible en una región, estos elementos permiten el normal desarrollo de la colonia. Mediante la identificación del polen presente en las cargas corbiculares y en las mieles que producen las abejas es posible detectar los recursos poliníferos y nectaríferos de una región. El estudio del contenido proteico del polen y de algunos parámetros físicoquímicos de las mieles permite detectar la calidad de ambos productos. El conocimiento de estos aspectos favorece al productor apícola en el manejo de las colmenas e induce la posibilidad de ofrecer productos diferenciados. El presente estudio tuvo por objetivo estudiar la composición y disponibilidad de los recursos apícolas y la calidad de los productos de la colmena (polen y miel) producidos en colmenares ubicados en el NW de La Pampa en la Provincia Fitogeográfica del Monte, Distrito Central, Subdistrito Pampeano. Para concretar este objetivo se seleccionaron tres apiarios cercanos a los ríos Salado y Arroyo de la Barda con el propósito de detectar una adecuada representatividad de la vegetación de la región. El muestreo de vegetación, polen y miel se desarrolló durante el periodo septiembre a marzo de dos temporadas apícolas consecutivas (2007-2008 y 2008-2009). La estimación de la abundancia-cobertura reveló la presencia de 142 especies con un predominio del 82 % de plantas nativas. La vegetación se presentó en parches generalmente dominados por unas pocas especies correspondientes a las siguientes familias: Asteraceae, Chenopodiaceae, Fabaceae, Malvaceae, Poaceae, Rhamnaceae, Solanaceae, Tamaricaceae, Verbenaceae y Zygophyllaceae. La intensidad de floración de 110 especies fue variable entre los dos periodos estudiados debido a factores meteorológicos como las precipitaciones, temperaturas y vientos. El pico de floración se produjo durante octubre, diciembre, febrero y marzo en cambio la oferta de floración plena fue en octubre en ambos periodos. Las abejas colectaron polen más intensamente durante octubre. Además, utilizaron el 45 % de la flora disponible y fabricaron una alta proporción de cargas mixtas, lo que indica una escasez de recursos en diferentes momentos de la temporada. Las principales fuentes poliníferas (> 15%) fueron Sesuvium portulacastrum, Cyclolepis genistoides, Chuquiraga erinacea, Senecio sp., Brassicaceae, Chenopodiaceae, Cyperaceae, Geoffraea decorticans, Prosopis sp., Phacelia sp., Bacopa monnieri, Lecanophora-Malvella, Condalia microphylla, Lycium sp., Tamarix sp. y Junellia- Glandularia. El contenido proteico promedio del polen corbicular fue de 24 % lo que indica que es óptimo para el desarrollo de la colonia. Las principales fuentes de néctar fueron Tamarix sp., Prosopis sp. y Condalia microphylla que caracterizaron a las mieles monoflorales y le siguieron en importancia Larrea sp., Junellia-Glandularia, Chuquiraga erinacea, Capparis atamisquea y Tessaria-Gaillardia como polen secundario. El análisis de las mieles inmaduras indicó la variación de la colecta de néctar a lo largo del periodo y reveló la importancia de Lycium y Brassicaceae no detectada en las mieles maduras. El alto contenido de polen absoluto correspondió en promedio al grupo III y caracterizó a las mieles del Monte Pampeano. Las mieles de Tamarix y de Prosopis presentaron una sobrerepresentación de polen, por lo cual se sugiere un mínimo del 90 % y del 75 % de sus tipos polínicos respectivamente para ser consideradas monofloras. El espectro polínico de las mieles del Monte Pampeano permite diferenciarlas geográficamente de las mieles de regiones fitogeográficas limítrofes y de otras regiones del Monte. De los 110 taxones florecidos, 49 estuvieron representados en las cargas y 65 en las mieles. Las principales fuentes polennectaríferas fueron Chuquiraga erinacea, Prosopis sp., Condalia microphylla, Lycium sp., Tamarix sp. y Junellia-Glandularia. Las familias con mayores representantes en las cargas y en las mieles correspondieron a Asteraceae y Fabaceae. Las características físico-químicas de las mieles se enmarcaron dentro de las exigencias del Código Alimentario Argentino y la International Honey Commission. La humedad fue baja, mayoritariamente entre el 15 y 17 %, lo que reflejó la escasa humedad relativa del ambiente. Los siguientes parámetros físico-químicos permitieron discriminar entre las mieles de Tamarix y Prosopis: color, acidez libre, pH, conductividad eléctrica, glucosa y glucosa/agua. El contenido mineral más elevado correspondió a las mieles de Tamarix y el más escaso a las mieles de Prosopis. La abundancia y/o escasez de algunos elementos minerales reflejó el origen botánico, el origen geográfico y la escasa contaminación ambiental de las mieles de la región. Las mieles de Tamarix presentaron color ámbar claro, alta conductividad (0,9 mS/cm), un alto contenido mineral con valores elevados de K, Na, Ca y P, acidez libre de 23 meq/kg, pH 4,5, un 27 % de glucosa y una cristalización medianamente rápida, con cristales gruesos. Las mieles de Prosopis presentaron color blanco, baja conductividad (0,4 mS/cm) y bajo contenido mineral, acidez libre de 18 meq/kg, pH 3, un 30 % de glucosa y una cristalización rápida, fina y cremosa. Los resultados de este estudio permiten sintetizar que en el Monte Pampeano la calidad de los productos apícolas es óptima en cuanto al valor nutricional del polen para el desarrollo de la colonia y a la calidad de las mieles exigidas en el mercado internacional. Sin embargo, los cambios en la oferta de floración durante el presente estudio revelan la dificultad de planificar la actividad apícola a gran escala. En este marco, se sugiere que la apicultura de esta región se siga practicando como una actividad complementaria con la posibilidad de diferenciar sus productos.