La renovación historiográfica iniciada en la década de 1980 se ha esforzado por superar, entre otras cosas, la visión tradicional de las revoluciones hispanoamericanas. Aferrada al estudio de los procesos históricos dentro del contexto exclusivo del Estado-nación y, además, desde una perspectiva teleológica que presuponía no sólo la inmanencia de la Nación, sino también el estudio de las revoluciones como planes deliberadamente concebidos, ese enfoque ha oscurecido la comprensión de aspectos centrales que hoy pensamos que deben ser analizados desde un horizonte más amplio.
En efecto, Candidata a la corona, de Marcela Ternavasio, se inscribe en esta renovación historiográfica. La autora se aparta de lo estrictamente local y revaloriza, en cambio, un estudio a escala imperial e interimperial. El objetivo del libro es analizar las estrategias políticas que, entre 1808 y 1814, pusieron en juego no sólo quienes se hicieron del poder dentro de los territorios imperiales durante las crisis monárquicas de España y Portugal, sino también una Inglaterra particularmente interesada en el desenlace de éstas. Así, el carlotismo constituye para la autora “una lente de observación” desde la cual estudiar dichas estrategias. Su hipótesis central riñe con las interpretaciones que sostienen la escasa relevancia (e incluso el carácter extravagante) de los planes carlotistas dentro del complejo entramado de los proyectos políticos de la época y aduce, en cambio, que si bien fracasaron al no obtener apoyos suficientes, su presencia tuvo pleno impacto sobre los debates y posturas que adoptaron los actores históricos. Nada más alejado, pues, de la visión clásica que presenta tales planes como destinados de antemano al fracaso.