Si consideramos el ojo de Sebastián Miquel, deberíamos tratar de saber quién es como persona que piensa, siente y elige para acercarnos a las fotografías que realiza y percibir lo que tienen de diferente respecto de otras de otros fotógrafos; tal vez las que ha tomado antes, en sus previas navegaciones visuales, y las que están en este libro, nos podrían acercar a lo que tiene de particular, a eso que se llama un estilo. No sabemos, pues, quién es Miquel o qué se esconde en su manera de mirar. Pero sí, tal vez, lo que ha visto y que pedía ser visto contra toda ceguera, y que nosotros mismos podemos ver en el libro que ha compuesto.