Las prácticas aéreas implican show, es decir despiertan admiración en los espectadores. Es indudable que desde que el hombre tiene memoria se intento dominar el aire pero esta empresa demandaba mayor astucia que en el caso de la tierra o el agua, en principio porque la ley de gravedad actúa con mayor rudeza, al no estar provisto del soporte molecular de la tierra o el agua; pero además el dominio del aire significó una proeza más cercana a las deidades, es decir estas prácticas se encuentran imbuidas de un sentido mítico que aporta al sujeto volador cierta relevancia mística, pensemos en los pájaros como símbolos de tribus o naciones, los escudos de las naciones modernas están saturados de ellos.
Un hombre camina sobre un nylon sujetado por masas humanas, y los artistas interactúan con el público. Se utilizan arneses, grúas, trapecios, entre otros recursos materiales para sujetar y dar vuelo a los acróbatas aéreos que desafían en movimientos pendulares a la gravedad, la inercia y la acción y reacción (principios mecánicos). De diversos modos las prácticas aéreas despiertan curiosidad, desafían la audacia y promueven la creatividad y el sentido colectivo.