En este escrito intento establecer una propuesta analítica a las representaciones sociales que con frecuencia suelen asociar a las prácticas acuáticas, en especial a la natación, a una educación de los movimientos corporales encasillados en una pileta o espacio estructurado; donde la relación del sujeto con el agua se limita a una secuenciación de acciones impuestas y los objetivos no salen de un constructo artificial creado por el hombre. Si bien esta forma de relación es un cimiento fundamental, no es el único para aprender a nadar.
Es por eso que en el desarrollo del trabajo indagaré sobre las diversas posibilidades que ofrece el saber nadar, aplicables a cualquier ámbito natural donde exista agua: como ser ríos, mares, lagos y lagunas, donde el sujeto traspasa sus limitaciones impuestas y despliega sus habilidades corporales y motrices en estos ámbitos.
El instrumento utilizado para abordar este análisis, es el relato de vida acuática, en conjunto con la sistematización de experiencias y la recolección de datos desde la propia práctica, a partir del seguimiento sistemático a un grupo de nadadores adultos, que transitan esta experiencia, describiendo los pasos a seguir para lograr ese traslado y relevando datos que informan sobre los procesos grupales, los procesos creadores de los sujetos que producen y encuentran nuevos sentidos en el agua, la subjetividad de los mismos, el deseo, los desafíos y la superación constante.