Estamos viviendo una transformación digital que avanza casi sin control y que pone una vara muy alta respecto de las habilidades de los profesionales del diseño en el ámbito digital. Nuestro público cambió y mucho. Nuestros clientes nos ponen desafíos a diario.
Nuestros diseños tienen que ser claros, consistentes, versátiles y tener la capacidad de adaptarse a cualquier dispositivo que nos presenta el mercado. El día a día nos exige tener no solo un amplio conocimiento de todos los elementos de una interfaz, sino, también, conocer las tecnologías que darán vida a ese diseño y a la vez nunca perder de vista las características particulares de cada negocio, que en este mundo acelerado, también van cambiando. Es un desafío grande que se nos presenta como profesionales.