Durante diez años –empecé hace casi veinte– me dediqué a organizar conciertos de jazz. Luego, una cantidad no mucho menor, a pensar y a tratar de poner en palabras algunas de las experiencias que había tenido en el Jazz Club del Paseo La Plaza o en el CC Konex, sobre todo las que tenían que ver con las preguntas que se hacían los músicos de la nueva generación. ¿Existe un jazz argentino? ¿Qué quería decir ser argentino en el jazz? ¿Qué tenía que ver esto con su histórica negritud?