Este artículo concibe al Programa de Educación Sexual Integral como un territorio a habitar. En palabras de Jorge Huergo (2013) “Comunicación/Educación significan un territorio común, tejido por un estar en ese lugar con otros, configurados por memorias, por luchas, por proyectos”. En este sentido, nos preguntamos: ¿Cómo se incorpora la ley de Educación Sexual Integral en la configuración cultural y política actual? ¿Cuáles fueron los diferentes caminos para la conquista de los derechos sexuales y (no) reproductivos? ¿Cómo irrumpe en las prácticas escolares? ¿En qué medida la institución escolar habilita dichas transformaciones pedagógicas y teórico-epistemológicas para pensar e intervenir en sexualidades? ¿Es el Estado –y con él la escuela– un mero reproductor de la ideología dominante (capitalista, adulta y androcéntrica)? ¿Qué tensiones y conflictos movilizan la implementación de la ley? ¿Cuáles son los procesos de lucha ideológica que promueve? ¿Cuál ha sido el rol histórico de la escuela en nuestro país desde su institución en la Modernidad como núcleo organizativo predominante? ¿Cuáles son las transformaciones que la atraviesan? ¿Cuáles son sus alcances y limitaciones? ¿En qué lugar se ubica la escuela objeto de estudio –una escuela secundaria de Berisso– en este mapa complejo de apropiaciones de la ley?