La inestabilidad de las cosechas de cultivos agrícolas, la mayoría de las veces, está relacionada con las condiciones climáticas favorables para la ocurrencia de enfermedades. Sin embargo en Argentina como en el resto del mundo, se ha manifestado un aumento de la productividad experimentado por una fuerte utilización de insumos (herbicidas, fungicidas e insecticidas) y tecnología. Este incremento en la utilización de insumos para el control de plagas y enfermedades aumenta el costo de producción y, consecuentemente, reduce el lucro de la actividad agrícola. Además las sucesivas aplicaciones de productos químicos, atentan contra el medio ambiente y las plagas van adquiriendo resistencia debido a la alta presión de selección que se ejerce. Debido a que la sustentabilidad económica se ve amenazada, los productores tienden a aplicar el manejo integrado de enfermedades (MIE) y buscan alternativas como el control biológico. En el MIE las principales estrategias consisten en el uso de cultivares resistentes, en la aplicación de fungicidas basados en el umbral de daño económico (UDE), en el control por prácticas culturales y el uso de agentes de control biológico. El control biológico, como alternativa, constituye una herramienta interesante al momento de mantener algunas adversidades biológicas en niveles de daño tolerables. El objetivo de este trabajo fue evaluar la reducción de la severidad de la mancha de la hoja del trigo (MHT) Zymoseptoria tritici (Desm.) Quaedvlieg y Crous (conocido comúnmente como Mycosphaerella graminicola y Septoria tritici), aplicando suspensiones conidiales de Trichoderma harzianum (Th 5cc y Th 118) solas y en combinación con un fungicida foliar, mediante diferentes técnicas de aplicación en tres estadios fenológicos (plántula, macollaje y espigazón). El ensayo se realizó en la Estación J. Hirschhorn durante 2010. Plantas del cultivar Buck 55CL2 fueron inoculadas con el patógeno obteniéndose los siguientes tratamientos: testigo inoculado con Zymoseptoria tritici, plantas provenientes de semillas peleteadas con las cepas de Trichoderma harzianum e inoculadas con el patógeno, plantas provenientes de semilla peleteada y pulverizadas en hoja con T. harzianum e inoculadas o aplicaciones combinada de T. harzianum y fungicida aéreo 7 días antes de la inoculación con el patógeno. Se evaluó el control de la enfermedad a través de la disminución de la severidad en los estados de crecimiento EC 31 (principio de encañazón), EC 62 (espigazón) y EC 82 (grano pastoso). Se calculó el área bajo la curva de progreso de la enfermedad (ABCPE). Los resultados indicaron que con el peleteado de la semilla se alcanzó protección hasta el estado de madurez temprana del grano. Además una aplicación complementaria al peleteado de la semilla, en el estadio de macollaje produjo una reducción de la severidad equiparable a la lograda solo con el fungicida foliar.