El conocimiento de la organización de la materia es indispensable para comprender la estructura y función de los seres vivos. Justamente las interrelaciones entre los átomos y las moléculas, son las que permiten el desarrollo de todas las funciones vitales de los organismos animales. Estos están constituidos por miles de moléculas orgánicas diferentes, que se agrupan en cuatro categorías principales: carbohidratos, lípidos, proteínas o ácidos nucleicos.
La información genética que controla la vida de cada célula está contenida en sus cromosomas, más específicamente en su ADN, codificándose y transfiriéndose de generación en generación. A lo largo de miles de millones de años surgieron las especies a partir de otras preexistentes por un proceso llamado de "descendencia con modificación" o "evolución".
Una de las características de la naturaleza es la gran diversidad de organismos que la componen. La taxonomía, es la ciencia que se encarga de la búsqueda del orden natural, mediante la que se obtienen las distintas clasificaciones animales.