Cuenta la leyenda que una vez, un reconocido maestro de Artes Marciales decidió volver a visitar un antiguo santuario que en otra época supo albergar a otros grandes maestros que hasta hoy, son recordados con orgullo y veneración. Como el camino era largo y difícil, solicitó a algunos de sus discípulos más confiables que lo acompañaran durante la travesía. Luego de un tiempo, sólo tres de ellos aceptaron viajar junto al maestro.