El caso del habitante de la calle –sin techo, homeless, moradores de rua, etc.– es entendido como el arquetipo del “separado de lo social”, y es a partir de esta concepción que se lo trata, se lo comprende y se lo asiste tanto desde ciertas perspectivas teóricas como desde los medios de comunicación, los programas sociales, etcétera.
En el presente trabajo, abordamos este concepto desde la perspectiva latinoamericana que plantea que, en nuestras sociedades, no se evidencia una exclusión total del ámbito social, es decir, que es improbable que un sujeto se halle separado completamente de la sociedad. En estos contextos, las relaciones o redes de amistad, vecindad y familiares son centrales, en especial en situaciones de grandes privaciones materiales. No obstante, estas vinculaciones o redes no son eternas o indestructibles, sino que evidencian un agotamiento que conduce a que las personas o grupos familiares comiencen a “habitar la calle”.