Se vincula la reflexión estética contemporánea con la distinción nietzscheana entre origen e invención. En este marco, se examina cómo las múltiples formas de emergencia del arte contemporáneo ponen en crisis las categorías estéticas y vuelven imposible la atribución de un origen para el arte, entendido éste como fundamento último o como esencia. Se concluye que, en un mundo de estetizaciones vacías y de sentidos establecidos por el mercado, posiblemente el aspecto mas valioso de una manifestación, de una apreciación o de un gesto artístico consista en ese presentarse como lo sin fundamento, lo sin esencia, un interrogante dentro de una trama de significaciones cristalizadas.