El análisis de los fenómenos económicos entraña una complejidad que para la Argentina pareciera cobrar mayor espesura. Actualmente las variables económicas están deterioradas. El gobierno enfrenta el escollo con cierta inclinación hacia los enfoques clásicos. Ese apego al pensamiento económico parece presentar la virtud de ser políticamente correcto y permeable a las inversiones. Pero a la hora de pensar la innovación las corrientes ortodoxas muestran serias limitaciones. Algunas corrientes de pensamiento económico no ortodoxo, en cambio, dan a la innovación un rol central. Este escenario plantea dos barreras que el diseño debe derribar: la coyuntura y la forma de pensar el capitalismo innovativo.