La propuesta de diseño se centra en la instalación de un punto de promoción de la marca para Gatorade en lugares abiertos, bajo la consigna de la actividad física recreativa. Conceptualmente, se presenta como un estadio en el que se realizan distintas actividades lúdicas que requieren de un esfuerzo físico mínimo y que sirven como excusa para reforzar la presencia de la marca en el público participante y en el espectador. Consta de juegos individuales y colectivos, de un escenario para clases públicas, de gazebos publicitarios y de puestos de hidratación, cuya función es la distribución de botellas y de productos promocionales entre el público. Este punto de promoción contempla la posibilidad de ser instalado en la playa, frente al mar o en lugares abiertos, como parques o playas de estacionamiento de hipermercados, donde el flujo de personas es numeroso. Se pueden usar elementos del conjunto para recrear puestos de promoción más pequeños, según la eventualidad, la actividad promocional y las dimensiones del espacio. El hilo conductor del proyecto publicitario para Gatorade se centra, por un lado, en un concepto deconstructivista y de asociación de partes de un todo en un lugar común, la playa. Por otro lado, se apoya en la imagen de la intervención publicitaria utilizada en los estadios de fútbol como centros masivos del deporte y se lleva su mega estructura a la línea de las velas, que intentarán lograr la presencia de la marca a distancia. El uso de membranas tensadas en algunas partes de la instalación se corresponde también con el marco arquitectónico actual de los estadios.