La historia de la población de Cataluña a lo largo del siglo XX es la historia de uno de los procesos de inmigración y flujo génico más conspicuos del continente europeo. La primera consecuencia de la inmigración procedente de otras regiones españolas es el aumento de la población, que posiblemente estaría hoy reducida a una tercera parte de la existente sin el aporte exterior y su reproducción. Más de la mitad de los genes de la población catalana actual tienen su origen en el proceso inmigratorio desarrollado a lo largo de un siglo. A pesar de las diferencias lingüísticas, y hasta cierto punto étnicas, se ha producido una mezcla que ha ido homogeneizando la población a través de un proceso de flujo génico mantenido a través de una continuidad histórica.
Se ha creado una base de datos con la totalidad de matrimonios empadronados en Cataluña con las variables relativas al origen de los cónyuges y su año de nacimiento. La inmigración efectiva de fuera de Cataluña se ha evaluado en el 51 %, lo que significa que más de la mitad de la población reproductora había nacido fuera de Cataluña. El Delta del Ebro se halla en la región de mayor endogamia de Cataluña, y por otro lado, es una zona de poblamiento muy reciente (debido a las condiciones de insalubridad, como el paludismo, que imperaban hasta bien entrado el siglo XX). Este hecho, aparentemente contradictorio, confiere un especial interés a su estudio biodemográfico.