El cuerpo denuncia lo que le acontece, es un modo de hablar, de relatar su historia. La relación con la normalidad es la relación con un modelo instituido, lo que dice el cuerpo conduce la mirada. Hasta la mirada experta es llevada por lo que ha dicho el cuerpo. El cuerpo es huella de un relato posible. Un relato que provoca una localización de él en la cultura a la que el cuerpo pertenece. La auxología es una de las herramientas válidas que permite interrogar al cuerpo y flexionar sobre él. El progreso y dignidad con que la auxología sea utilizad permitirá decodificar lo que el cuerpo dice. Si el cuerpo se manifiesta opuestamente a determinada normalidad, cae bajo sospecha. La actitud tolerante frente al cuerpo indica que no haya seguridad ni científica ni estética acerca de numerosos valores mediante los cales se manifiesta el cuerpo. La diferencia y normalidad son valores sociales. El dolor, la crueldad, el sufrimiento, la discriminación, son las pistas de la diferencia. El otro -el otro cuerpo- no es integrable en la dimensión del "ser-ahí". Medir un cuerpo con patrones auxológicos, desde este enfoque leer un cuerpo y su campo contextual, es proyectar un grado de probabilidad dentro del espacio en el que el cuerpo puede está inserto. El abordaje filosófico sobre el concepto "cuerpo" no se presenta como una tarea fácil de resolver. El cuerpo, ha sido considerado objeto de reflexión seria por muchos pensadores inscriptos dentro de diferentes paradigmas. Para Platón, el cuerpo es "la cárcel del alma."; por su origen material, para Aristóteles es lo contrario eleva al cuerpo a la más alta consideración de lo humano.