¿Qué sucede en el final del poema? ¿Qué se conjura en el tener lugar de ese desgarramiento, de esa iluminación, de ese abismo? Giorgio Agamben nos dice que es ahí cuando el poema “se precipita, por así decir, en el silencio en una caída sin fin. De este modo el poema desvela el objetivo de su orgullosa estrategia: que la lengua consiga al fin comunicarse a sí misma, sin permanecer no dicha en aquello que dice” (258). Los doce ensayos aquí presentados vienen a configurar un recorrido transversal de la obra agambeniana, en la medida en que, en su calidad de compilación, el volumen envuelve diversas publicaciones —en ciertos casos, separadas por más de tres décadas— y algunos textos inéditos en torno a una misma madeja: se trata de descubrir “la esencia pensante de la poesía y la poetizante del pensamiento” (90).