La guerra, como lo subraya Fernand Braudel, siempre pone en movimiento las flrees enproflndeur que son las economías, los Estados, las civilizaciones. Como este mismo autor constata, después de la batalla de Lepanto el escenario de la guerra pasa del Mediterráneo «au Nord, a l'Ouest sur I'Atlantique - et pour des siecles -la où elle doit etre, la oú bat le coeur du monde». Y en el extremo sur del Atlántico ocupado por los europeos en los tiempos modernos, está el Río de la Plata, y la guerra o su amenaza fue una constante en la historia de la región desde la instalación de los europeos hasta la segunda mitad del siglo XIX 4. En el Río de la Plata la economía, el Estado y la civilización se construyen al calor de la guerra.