A pesar de lo recomendado en los protocolos internacionales de tratamiento farmacológico de la diabetes tipo 2 (DM2), al presente continúan utilizándose terapias a base de hipoglucemiantes orales (HO) -solos o combinados- con presindencia del empleo de insulina (Ins). Se sabe que la normalización de la glucemia evaluada por medio de biomarcadores convencionales no correlaciona con la calidad de vida ni con el nivel de complicaciones a largo plazo asociadas al curso clínico de la enfermedad.