Desde que en 1988 Rolena Adorno afirmó que los estudios coloniales hispanoamericanos se encontraban en el umbral de un cambio de paradigma, presumiblemente hacia zonas más provechosas y menos dogmáticas, los estudios literarios se dedicaron a recorrer esos nuevos confines, con suerte diversa. Ya fuera ampliando el corpus para sopesar los bordes del archivo, ya fuera abriendo las compuertas (críticas) hacia teorías y categorías diversas, muchas de ellas provenientes de otros campos, las preguntas y revisiones conceptuales estuvieron a la orden del día. Etnógrafos coloniales. Alteridad y escritura en la conquista de América (siglo XVI) de David Mauricio Solodkow (formado en la Argentina, con un doctorado en Vanderbilt, USA, y actualmente profesor en la Universidad de los Andes, Colombia) se inscribe en esa encrucijada y organiza su disputa en torno a ella. Y hablo de disputa porque este libro es un texto polémico, en el mejor y más provechoso sentido. Si el discurso colonial se organiza a partir de los modos y la prosodia de la esgrima verbal, la argumentación y la configuración clara de un locus enunciativo, la mirada de Solodkow recoge el guante y hace de la exasperación crítica y de la pregunta por la validez de tranquilizadores presupuestos su tonalidad peculiar.