La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su Artículo 25, establece que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios” (ONU, 1948).
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación –Food and Agriculture Organization of United Nation (FAO)–, “el hambre y la malnutrición son la causa fundamental de más de la mitad del total de muertes infantiles […]. La gran mayoría no moriría si su cuerpo y sistemas inmunitarios no hubiesen sido debilitados por el hambre y la malnutrición” (fao, 2000).
La Dirección de Estadísticas de la FAO considera que los siguientes indicadores de hambre suministran información, claro que insuficiente, sobre el estado de inseguridad alimentaria en que se encuentra sumida una nación: prevalencia de la subnutrición o carencia de alimentos y cantidad de personas subnutridas.