Este estudio aborda la problemática de la exclusión laboral y habitacional, considerando que se involucran mutuamente y que, para quienes la padecen, la resolución de la exclusión tanto del trabajo (en términos de empleo) como de condiciones de vivienda dignas requiere el despliegue de un amplio espectro de estrategias. Estas estrategias, a su vez, se desarrollan en el marco de condiciones estructurales, como la creciente polarización social derivada de los procesos de concentración y centralización del capital y la herencia de la implementación de políticas de ajuste y de reconversión de las funciones estatales (Benítez y Sobol, 2010) que repercutieron en una profunda transformación social, con una consolidación, en los territorios, de desigualdades que operan de manera recursiva en las oportunidades laborales relativas al acceso, la calidad y las remuneraciones. Asimismo, la capacidad de reproducción de los grupos considerados excluidos pone en juego un conjunto de prácticas de subsistencia materializados en diferentes modos precarios de trabajos (re)inventados por las familias o unidades domésticas.