El nuevo siglo se ha visto afectado por una serie de transformaciones en diferentes dimensiones, que llevan a un replanteo de las relaciones económicas internacionales en general y de los procesos de integración en particular, cuestionando sus objetivos y guiados por el pragmatismo, han adoptado formatos de integración flexibles y mínimos derivados de diversas concepciones de desarrollo como forma de enfrentar los cambios que operan en este mundo global. El paradigma europeo, como ejemplo a emular, se encuentra en crisis por una conjunción de factores que van desde el resurgimiento de tendencias nacionalistas hasta los dispares mecanismos de enfrentamiento de los problemas migratorios, así el Brexit de Gran Bretaña instando al retiro de la Unión Europea (UE).