El artículo propone revisar la politicidad de Teatro Abierto (TA) aquel ciclo teatral de 1981 memorializado como “el ícono de la resistencia cultural contra la última dictadura cívico-militar en Argentina”. Desde el impulso de una memoria viva y abierta: ¿Qué imágenes y sentidos de este movimiento estético-político aún vale la pena sacar a la luz para escapar relatos heroicos o victimizantes? ¿Cómo volver estas memorias productivas para nuestro presente en democracia? A partir del análisis de dos archivos audiovisuales, y entrevistas realizadas en 2014, el artículo resitúa a TA dentro de una multiplicidad de resistencias, reflexiona sobre los alcances de su potencial de transformación y lo historiza dentro de una genealogía de movimientos socio-culturales, dentro y fuera del campo teatral, que precedieron a la última dictadura y continuaron en tiempos de democracia neoliberal, especialmente hacia la crisis del 2001.