El conflicto sirio, iniciado al calor de la denominada “Primavera Árabe” y caracterizado como guerra civil en el trascurso de sus primeros años, hoy presenta un escenario de alta complejidad. En el mismo convergen una pluralidad de actores estatales, no-estatales, regionales y extrarregionales. Entre los principales factores que marcaron el desarrollo del conflicto se encuentran: la inestabilidad política del gobierno del Presidente Bashar Al-Assad; la proliferación de distintos grupos armados y la intervención de otros países de la región así como la consolidación de Siria como pieza clave en la disputa entre Estados Unidos y Rusia por el liderazgo en Medio Oriente.