En Los ríos profundos, Guillermo Korn y Javier Trímboli precisan, desde el subtítulo, su voluntad de explorar un detalle en la tensionada historia que liga al peronismo y a la izquierda: la trasposición de la novela El río oscuro (1943), de Alfredo Varela, por parte de Hugo del Carril, en Las aguas bajan turbias (1952). El desafío consiste en indagar si a través de su escrutinio resulta posible desentrañar, no solo la complejidad del vínculo entre el peronismo y la izquierda, sino también los existentes entre ambos autores y los campos literario y cinematográfico, entre la producción artística argentina y la geopolítica internacional, entre el cine y la literatura, entre la historia política y la praxis artística.