Han transcurrido ya algo más de diez meses del nuevo gobierno argentino, asumido en diciembre de 2015, encabezado por Mauricio Macri, y las diferencias en materia de política exterior con respecto a su antecesor están a la vista.
Se han establecido nuevos rumbos y horizontes en la materia. Hay claras internaciones de balancear las relaciones exteriores del país, diversificando los relacionamientos; abriendo la agenda internacional; estableciendo contacto con los gobernantes de países europeos como Hollande, Merkel, Trudeau, Cameron y May, Renzi; un acercamiento a Estados Unidos a la cuenca del Pacífico; reuniones con países emergentes como India, China y Rusia.
El presidente así lo manifestaba en el discurso de apertura de sesiones del Congreso Nacional el 1 de marzo de 2016, expresando que se están “construyendo relaciones maduras y sensatas con todos los países del mundo” donde hay enorme cantidad de oportunidades que se deben aprovechar (La Nación, 01/03/16).
Pero no sólo el acercamiento es hacia las potencias establecidas. La región próxima también tiene un lugar preponderante en las vinculaciones de la Argentina.