En camino de crear el Estado global y ante los intentos fallidos de lograrlo, el capital financiero globalizado insiste no sólo en asegurar que la Unión Europea no consolide su articulación hacía en Este y así mantener abiertas sus chances de imponer un gobierno y Estado de escala global y carácter financiero, sino que la misma política la lleva sobre América del Sur, en su avance sobre Argentina y Brasil, en jugadas de golpes “blandos” que provocan cambios de gobiernos que se distancian de los BRICS, y se comportan como gobiernos pro-globalistas (articulación con Alianza Pacífico y TPP).
Los tiempos se están acortando aceleradamente frente a la posibilidad cierta de un colapso financiero, un colapso de todas las monedas mundiales y por lo tanto, de todas las economías incluida la de China. Este colapso será en parte un problema de crisis global, pero también será una oportunidad universal para que China, con los BRICS, pueda emerger con su sistema monetario alterno, respaldando sus monedas en el oro. Fortaleciendo un capitalismo social de Estado o formas de Estado hacia un pos-capitalismo. Con ello el cuadro geopolítico se torna cada día más tenso.