A finales del 2003 un trabajo realizado por nuestro equipo sobre un efectivo muestral de 5921 jóvenes madrileños, puso de manifiesto que comenzaba a ser preocupante en nuestro medio, tanto la proporción de adolescentes con sobrepeso, como los que manifestaban cierto grado de malnutrición proteico-calórica (González-Montero y Marrodán 2003; Marrodán et al. 2004). Convencidos de que es fundamental identificar los factores de riesgo que conducen a tales situaciones iniciamos nuevas vías de investigación con tal propósito. En este sentido, la autopercepción de la propia imagen, así como el grado de satisfacción que el adolescente manifiesta en relación a su aspecto y morfofisiología pueden ser un determinante del riesgo a desarrollar comportamientos alimentarios inadecuados que, finalmente, desemboquen en trastornos como la anorexia o la bulimia. Con este fin, se recogió, en Institutos de Enseñanza Secundaria de Madrid, una muestra de jóvenes entre 12-16 años, período de especial sensibilidad ante la influencia de patrones comportamentales trasmitidos por los medios de comunicación. Se tomaron medidas antropométricas indicadoras de tamaño, forma y composición corporal y se valoró la percepción de la imagen mediante una adaptación de los modelos propuesto por Stuntkard y Setellard (1990) y Collins (1991). Se analizó el grado de concordancia entre los índices antropométricos y la percepción individual de la figura corporal.