El goce del Uno fálico puede ser caracterizado por:
1) su intensidad y por su brevedad, 2) por su carácter discontinuo y discreto, y 3) por su repetición.
De modo que su aparición representa una inyección repentina de goce que inmediatamente se ausenta de manera que convoca a la repetición en un nuevo movimiento de recuperación del goce perdido, que inmediatamente vuelve a ausentarse. La serie no es infi nita y su fi nalización puede ser el orgasmo eyaculatorio, que debe ser entendido, tal como lo formuló Lacan como transformación de la angustia.
Ese modo de goce es luego generalizable a otras manifestaciones que lo instrumentalizan, al goce puesto en juego en actividades tradicionalmente asociadas al lado de lo masculino: manejar, martillar, clavar, espadear, tirar tiros, etc. El goce en ejercicio en el uso de un instrumento.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)