El libro estudia comparadamente las políticas que desarrollaron los gobiernos de Argentina y de Uruguay, en los años ochenta con la vuelta a la democracia, para favorecer el retorno y recepción de sus exiliados políticos. Para comprender las similitudes y diferencias entre lo sucedido en cada país, indaga cómo se desarrollaron las transiciones democráticas en cada caso, y plantea que las medidas de recepción y asistencia de los exiliados políticos que volvían a su país estaban estrechamente relacionadas con las decisiones políticas de revisión del pasado inmediato y de judicialización de la violencia política previa. La investigación avanza sobre dos interrogantes transversales y estrechamente relacionados: los lugares, sentidos y representaciones que tuvieron los exilios argentinos y uruguayos en los proyectos políticos de las nuevas democracias y su inscripción en las “agendas post-dictadura”; y los modos en que desde los Estados y desde las organizaciones sociales se discutieron, definieron y elaboraron distintas respuestas para la recepción y la reinserción de los exiliados que volvían.