Esta mirada sobre los oficios, que nos propone Juan con su innata capacidad de atento observador de las realidades cotidianas, no se limita únicamente a un ramillete de vidas coloridas y de queribles personajes.
Va mucho más allá. En un abanico de ricas vivencias, nos ofrece un minucioso e insospechado detalle de nuestras propias vidas. Quien haya vivido y palpitado el Berisso de los años 50, 60 y 70 regresará inexorablemente -como orientado por una mano mágica- a la cálida plenitud de un tiempo celosamente guardado en la memoria.
(Fragmento del prólogo escrito por Ángel Polo)