El nombre de estas islas evoca en todo argentino un inefable sentimiento, parecido al del padre cuyo hijo se ha escapado de pequeño. No lo ha visto más, pero sabe que aún vive y alienta, a pesar que la imagen se desdibuja allá lejos y hace tiempo. Pero dejando a un lado motivos de nacionalismo sentimental y los rotundos de soberanía política, el naturalista preocupado por los problemas de Geografía zoológica que ofrece la República Argentina y la América austral en general, precisa ubicar las Islas Malvinas en el cuadro de los territorios o divisiones de la Argentina continental. Lamentablemente, nuestros zoólogos no tienen por ahora un conocimiento directo de la fauna malvinense, si bien no faltan especies comunes con las de la Patagonia en general y Fuegia.