El trasplante de intestino (TXI) constituye una opción terapéutica para pacientes con insuficiencia intestinal que se ven imposibilitados de continuar bajo nutrición parenteral total. La injuria por isquemia-reperfusión es una complicación inherente al TXI capaz de comprometer la funcionalidad y la supervivencia del injerto y del paciente. Por tal motivo, diversas estrategias, aún en etapas experimentales, son propuestas para atenuar este daño, sin existir un consenso sobre cual es la más apropiada.