Desde hace unos años se han multiplicado los cuestionamientos a los juicios de lesa humanidad que se desarrollan desde 2006 luego de la nulidad de las leyes de impunidad y los indultos presidenciales, y entre las voces objetoras no han faltado las de algunos académicos e investigadores. No pocas de dichas intervenciones, que analizamos en este trabajo, funcionan —en ciertos casos más allá de las intenciones de sus autores o autoras— reforzando las políticas gubernamentales y de organizaciones gestadas por los sectores alineados con los responsables directos de la masacre sistemática con el objeto de revertir las políticas de verdad y justicia impulsadas por las organizaciones de derechos humanos —y movimientos afines— desde los tiempos mismos de la dictadura. Las consideraciones que siguen esbozan muy sucintamente algunas reflexiones en torno a dichos cuestionamientos y a sus formas argumentales, deteniéndonos principalmente en las siguientes temáticas: la noción —y existencia—de una “memoria oficial”; la contraposición que se establece entre el juicio a las Juntas de 1985 y los actuales; la confrontación de la experiencia argentina con el recorrido sudafricano; y, finalmente, dado que casi todas esas intervenciones se presentan como críticas, el tipo de relación que establecen con el pasado reciente.