En Payró, representante emblemático de la nueva figura del periodista escritor, la literatura y el periodismo resultan inseparables. Pero, al mismo tiempo, una de las novedades de la cultura letrada durante la década de 1890 fue la separación de las figuras del periodista y del escritor. Considerada como la de un periodista, la trayectoria de Payró muestra una perfecta continuidad. Es la carrera de un reporter formado durante unos diez años en distintas redacciones que, bastante rápidamente, entró en la zona de máxima consagración periodística al ingresar al diario de Bartolomé Mitre: desde 1892 y hasta su muerte Payró fue un periodista de La Nación. Considerada como la de un escritor (de libros), su trayectoria aparece fracturada y con dos comienzos —el primero fracasado, el segundo exitoso—, separados por un largo intervalo.